Nací
De lo que fui queda apenás el cuerpo.
Fui hecho nuevo de nuevo.
Nací con la esperanza por músculos
Con la convicción por huesos;
Nací con el amor en los pulmones
Con la causa en la boca.
Nací para cambiar de intenciones,
Para hacer nuevos pactos;
Nací por voluntad propia
Dentro de la voluntad divina.
Recordando las causas,
Dando gracias por el efecto,
Contemplando un nuevo cielo
Y el reverdecer de las ganas,
Aquí estoy, en tus manos,
Dispuesto, saliendo de estas aguas,
Reencontrando el propósito
Con la certeza de nada
Tan sólo de este amor que me da vida
Que me sostiene y me alimenta,
Que me mueve, que me agita,
Que purifica lo que aún resta del pasado.
Nací, Padre, cuando tu voz firme
Finalmente alcanzó mi alma seca.
Cuando el sentido recuperó su orden
Y tu voz trajo un nuevo gozo.
Nací porque así quisiste, Padre bueno,
Porque un día me viste y no era digno,
Y de ese estado lamentable y derrotado,
Armaste un hombre y dijiste "¡Vive!".
Fluyó en mí tu aire ese día,
Y la fe finalmente incendió mis entrañas;
Ahora sé que estoy por ti y soy todo tuyo:
En tus manos descansa mi alma.
Fui hecho nuevo de nuevo.
Nací con la esperanza por músculos
Con la convicción por huesos;
Nací con el amor en los pulmones
Con la causa en la boca.
Nací para cambiar de intenciones,
Para hacer nuevos pactos;
Nací por voluntad propia
Dentro de la voluntad divina.
Recordando las causas,
Dando gracias por el efecto,
Contemplando un nuevo cielo
Y el reverdecer de las ganas,
Aquí estoy, en tus manos,
Dispuesto, saliendo de estas aguas,
Reencontrando el propósito
Con la certeza de nada
Tan sólo de este amor que me da vida
Que me sostiene y me alimenta,
Que me mueve, que me agita,
Que purifica lo que aún resta del pasado.
Nací, Padre, cuando tu voz firme
Finalmente alcanzó mi alma seca.
Cuando el sentido recuperó su orden
Y tu voz trajo un nuevo gozo.
Nací porque así quisiste, Padre bueno,
Porque un día me viste y no era digno,
Y de ese estado lamentable y derrotado,
Armaste un hombre y dijiste "¡Vive!".
Fluyó en mí tu aire ese día,
Y la fe finalmente incendió mis entrañas;
Ahora sé que estoy por ti y soy todo tuyo:
En tus manos descansa mi alma.