Quiero

Yo no quiero ser tu hambre,
Ni la espina, ni la llaga,
Ni el veneno, ni tu llanto,
Ni el frío que invade tu cama.

Yo no quiero ser la llama
Que se enciende de la infamia,
Ni ser la luz que no enciende
Ni la palabra que te espanta.

De verdad, te soy honesto,
No quiero sembrarte duda alguna
Ni amargarte cada tarde
Ni ser tu corazón roto cada mañana.

Porque no está en mí esto, querida,
De provocarte heridas o rasguños,
Ni infectarte el alma con las penas
Que este mundo triste nos enseña.

Yo quiero ser una extensión terrena
De la paz que Dios dispone en sus ideas,
Y que con cada momento juntos, tú veas
El reflejo de un amor que no se cansa.

Que la paciencia se nos renueve
Al despertar y encontrarnos cada día,
Y la esperanza brille siempre en tu mirada
Cuando la noche llegue sin estrellas.

Yo quiero un "nosotros" que dure,
Algo santo, dedicado y completo;
Quiero algo que nos acerque a lo eterno,
Algo que sirva y dé frutos en su tiempo.

Quiero ser tuyo en cada latido,
Y que sea de Dios nuestra alabanza.
Quiero sentir en tu existencia Su motivo
Y que Él nos vea siempre con agrado.

Lo que yo quiero para nosotros,
No se recibe en esta vida pasajera;
Lo que yo anhelo y deseo contigo
Es llegar de tu mano a la vida eterna.